martes, 16 de julio de 2019

DIETAS PARA BAJAR DE PESO


Dietas de adelgazamiento para perder peso

La obesidad es un exceso de acumulación de grasa en el organismo, superior a un 25% en los hombres y un 33% para las mujeres. La localización de este exceso de grasa puede suponer un factor de riesgo para el desarrollo de otro tipo de enfermedades. En concreto la grasa abdominal, común en el hombre y en la mujer en fase menopaúsica, puede favorecer el desarrollo de hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre), hipertensión y alteraciones en los niveles de colesterol y triglicéridos.


Ejemplos de obesidad androide y genoide


En general las personas obesas respecto a las que no lo son tienen un riesgo mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardíaca y respiratoria, diabetes mellitus, hipertensión arterial, cálculos biliares y cáncer de colon entre otras.

Para adelgazar, hay que tener en cuenta múltiples factores

En el último posicionamiento de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) de 2016 titulado “Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la obesidad” habla de la obesidad como “una enfermedad multifactorial donde se han añadido protagonistas impensables hasta hace pocos años”. El sobrepeso o la obesidad no solo dependen de lo que comemos sino de otros muchos factores como la actividad física, el estrés, la microbiota intestinal (flora bacteriana del intestino), factores socioeconómicos o el entorno obesogénico que nos rodea. Queda claro que tener exceso de grasa en nuestro cuerpo no es solo cuestión de lo que comemos. Tomar conciencia de cuáles son los factores que afectan a cada persona permite abordar mejor la prevención y el tratamiento de la obesidad.


El entorno no favorece perder peso

La incidencia de sobrepeso y obesidad tanto en adultos como niños no para de crecer.  Cada vez son más las personas que lo sufren y parece que esta tendencia no vaya a cambiar en los próximos años. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2030 el 58% de los españoles sufrirán sobrepeso y el 21% obesidad. Dicho esto, está claro que algo estamos haciendo mal, sin ir más lejos todo lo que nos rodea.
Vivimos en un entorno obesogénico, es decir, en un ambiente donde hay una gran cantidad de factores que, sin darnos cuenta, nos acercan al sobrepeso y la obesidad condicionando nuestro modo de comer y nuestra movilidad.

¿Y cuáles son estos factores? 

El tipo de alimentos que invaden los supermercados, con una alta densidad energética ricos en azúcares y grasas no saludables, la publicidad y el marketing que nos envuelve y nos incita a comprar determinados productos, el entorno social, la automatización de las tareas domésticas o la disponibilidad de automóviles que reducen nuestra actividad física.
En concreto la publicidad es un gran condicionante sobre nuestro modo de comer. La industria alimentaria aprovecha esta publicidad en televisión, radio, prensa u otro tipo de campañas para bombardearnos con información que condiciona nuestras decisiones a la hora del llenar el carro de la compra.

OBJETIVO: PERDER UNOS KILOS

¿Te has planteado perder peso? ¿Has probado diferentes dietas en los últimos años? ¿Sueles recuperar el peso perdido o incluso más? ¿Te encuentras en un momento en que no sabes qué comer?

Lo primero de todo es tener claro cuál/cuáles son tus objetivos porque eso te ayudará a dar sentido a lo que hagas. Quieres perder peso, pero, ¿para qué? Puede haber motivos de salud(mejorar mis niveles de colesterol, regular la presión arterial, evitar futuros problemas de salud, reducir el dolor de las articulaciones…), estéticos (sentirme mejor, verme más delgada, ponerme la ropa que ahora no me cabe) o de otro tipo como querer aprender a comer sanomejorar tu alimentación y la de tu familiasentirte más ágil

Cuantos más objetivos te plantees, más motivos tendrás para querer cuidarte.
Pone en marcha este proyecto de la mano de un médico nutricionista, un profesional que podrá entender tu situación y ofrecerte una solución adaptada a tus necesidades. Te sentirás acompañada/o, resolverás todas tus dudas, y sobre todo, no pondrás en peligro tu salud.
Si necesitas adelgazar unos 20 kilos te recomiendo que te marques pequeñas metas. Compáralo con una escalera, donde cada peldaño que subas supondrá una pérdida de 3-5 kilos y un paso más hacia tu objetivo final.

¡Comienza el cambio!

Ya tienes claro que quieres perder peso y sabes cuáles son los motivos por los que lo haces. Llega el momento de hacer cambios, aprender y salir de tu zona de confort. Tus costumbres y tus hábitos actuales están haciendo que tu peso aumente, y con ello el riesgo de sufrir problemas de salud.  Olvídate de las dietas de moda que prometen milagros. Necesitas, no solo perder peso, sino mejorar tu relación con la comida, saber cuáles son tus errores y, cómo mejorar tus hábitos.
Lo primero de todo, “Para comer sano debes comprar sano”. Haz una lista de todo lo que necesitas. Puedes comprar por internet o bien en los mercados y tiendas de tu barrio. Intenta ser fiel al mismo lugar, te conocerán y te ofrecerán lo que más te conviene. Te recomiendo dividir la compra en:
  • Compra mensual con todo aquello que tiene una larga caducidad. Aceite, leche, bebida vegetal, arroz, pasta, bolsas de frutos secos, conservas, legumbres y productos congelados.
  • Compra quincenal principalmente de carne y pescado que puedes preparar en raciones y congelar.
  • Compra semanal de los productos frescos y más perecederos como la fruta y la verdura.
Haz que la compra sea variada. No escojas siempre el mismo pescado o la misma verdura. Eso crea monotonía. Aprovecha los productos de temporada y tene en cuenta los precios y ofertas.  No caigas en el error de comprar golosinas, pastelería o helados por si viene alguien a tu casa o para tener para los niños. Son productos insanos para ti y por supuesto para tu familia. Si lo tienes en casa en muy probable que acabes cayendo en la tentación.

Ya tienes la compra, ahora toca organizar las comidas y cenas de la semana. Si te planificas comerás mejor y más variado. Una inversión de 30 minutos te hará más fácil la semana. Incluso puedes consensuar las comidas con tu pareja e hijos.

Varía tus platos probando recetas nuevas. Aprender a comer y perder peso no es vivir a base de pollo y lechuga. Hay muchas opciones que te harán descubrir alimentos nuevos, variar, y sobre todo disfrutar.

Comida sana y actividad física, las claves para adelgazar
La obesidad es el resultado de muchos factores, y uno de ellos es la actividad física. Cada vez nos movemos menos. Trabajos de oficina que nos mantienen en una silla durante 8 horas, desplazamientos en coche o moto, avances tecnológicos que nos acomodan (lavavajillas, aspirador), falta de tiempo y la pereza de movernos.
¿Alguna vez has hecho la prueba de ver cuantos pasos haces al día? Hazlo y te sorprenderás. Y lo peor es que, en ocasiones el fin de semana lo pasamos en el sofá porque queremos descansar.
¿Cómo alejarte del sedentarismo? Aprovecha los desplazamientos para caminar o ir en bici, coge las escaleras en casa, el trabajo y el metro, bájate una o dos paradas antes de tu destino y acaba el trayecto caminando. 2 días a la semana practica algún deporte o actividad que te guste como clases de baile, senderismo, paseos en bici el fin de semana o un curso de natación.
El ejercicio físico hará que te encuentres mejor física y psicológicamente y será una ayuda para tu objetivo de perder peso.

Cuídate sin renunciar a tu vida social

Cuidar tu alimentación para perder peso no significa dejar de lado la vida social que compartes con tu familia y amigos. Si piensas que lo mejor es quedarte en casa y decir que no a las propuestas que tengas de salir y disfrutar te equivocas.  Eso no es sostenible en el tiempo y puede ocasionarte tristeza, desánimo y ansiedad. Debes aprender a disfrutar sin poner en peligro tu objetivo. Elegir las opciones más saludables que tengas a tu alcance, moderar las cantidades, saber decir “no” sin miedo y no caer en el error de compensar los excesos con ayunos u otro tipo de conductas. Cambiar tu comportamiento en este tipo de situaciones te ayudará a mantener un peso saludable durante más tiempo.

Que nada estropee tu objetivo

Las emociones están muy vinculadas con cómo comemos. La tristeza, la felicidad, el estrés, la ansiedad o el aburrimiento pueden hacer que te refugies en la comida como tu válvula de escape consumiendo en mayor medida alimentos grasos y ricos en azúcar, picar entre horas o tener atracones perdiendo el control.
Parece que la solución es sencilla, no hacerlo. Incluso tu familia te habrá dicho alguna vez “si sabes que necesitas perder peso, deja de picar”. Tú también lo tienes claro, la teoría te la sabes pero llevarlo a la práctica resulta muy complicado.
En este sentido es importante cuidar el sueño durmiendo mínimo 7-8 horas al día, practicar deporte, aplicar técnicas de relajación como yoga y llevar una vida lo más ordenada posible con horarios regulares y las comidas planificadas.


Desayunos y cenas para adelgazar

Las dos comidas del día que suelen ser más complicadas son los desayunos y las cenas. Los primeros porque solemos tener poco tiempo y la industria alimentaria ha creado muchísimos productos muy rápidos de consumir, sabrosos pero de una calidad nutricional muy baja. A lo largo de toda nuestra vida, la publicidad de esta industria nos ha dicho cómo tenemos que desayunar y tenemos que desaprender muchos años de información errónea. Por eso te hemos preparado un artículo con muchos desayunos para una dieta de adelgazamiento.
Por otra parte, el momento de las cenas en familia nos suele encontrar  cansados con lo que comemos lo primero que vemos. 



El cambio que te permitirá adelgazar sin recuperar el peso

El sobrepeso o la obesidad es una situación que se desarrolla debido a numerosos factores. El tipo de alimentación, el sedentarismo, aspectos emocionales, el estado de salud o el entorno que nos rodea son solo algunos de estos factores que pueden desencadenarlo.
Si necesitas perder peso, seguir una dieta no es la solución (al menos la única). No te plantees cuidarte unos meses, tomar medicamentos, suplementos nutricionales o sustitutivos de comida para perder peso. Acude a un nutricionista que trate tu caso de forma personalizada, que te enseñe a comer, comprar y cocinar sano. En definitiva, que mejore tus hábitos.
Aléjate del sedentarismo. Incluye en tu rutina diaria paseos caminando y escaleras. Practica algún tipo de ejercicio físico que te haga disfrutar (natación, baile, senderismo…)
No pienses que perder peso es pasar hambre, sufrir y renunciar a comer un plato de pasta, una porción de pan o un plátano. Si piensas eso es porque no has encontrado el profesional adecuado.

¿Cuál es el rol del desayuno?
Está demostrado que omitir el desayuno o ingerir menos de 200 kilocalorías propicia la obesidad. “Entre los obesos hay un porcentaje muy grande de personas que no toma nada para desayunar”
El desayuno tiene una gran importancia debido a que es la primera ingesta que realizamos después de haber estado un número de horas en reposo durmiendo y por lo tanto, en ayuno.
Durante la noche, los niveles de azúcar en sangre (glucemia) bajan. Así pues, al despertarnos, nuestro cuerpo está vacío y necesita el aporte de nutrientes para recuperar los niveles de glucemia y dar energía al organismo, cosa que se consigue con un buen desayuno.

El desayuno activa el metabolismo

La ingesta de alimentos a primera hora del día impulsa nuestro metabolismo, lo que nos ayuda a quemar calorías rápidamente y acelera el proceso de bajada de peso. Así pues, si estás buscando adelgazar, no deberías saltarte el desayuno por varias razones.
  • Si no desayunamos, el metabolismo se enlentece a razón de conservar su energía ya que prevé una situación de inanición y se prepara para almacenar y reservar. Así pues, esto NO ayudará en el objetivo de la bajada de peso sino todo lo contrario, puede favorecer una tendencia a subir de peso.
  • Desayunar reduce el hambre durante el día por lo que es más fácil evitar comer en exceso.  El hambre se acumula y por lo tanto cuando te saltas el desayuno, sentirás hambre más tarde y querrás una solución rápida, alimentos que te sacien instantáneamente. Esto hará que seguramente elijas alimentos menos saludables y adecuados para satisfacer tus necesidades vitales como galletas, embutidos, patatas fritas… o que comas más cantidades en ingestas posteriores como en la cena.
  • Además, el ayuno prolongado puede aumentar la respuesta del cuerpo a la insulina, provocando el almacenamiento de grasa y, en consecuencia, el aumento de peso. Algunos estudios (1) han demostrado que las personas que no desayunan suelen tener más sobrepeso que las personas que comen un desayuno nutritivo.
Según este estudio(1) realizado con mujeres, el saltarse el desayuno se asocia con un mayor riesgo de aumento de peso y obesidad en jóvenes y adultos, así como unos niveles elevados de colesterol, una ingesta excesiva y un pobre control de la glucemia.

Importancia de las proteínas en el desayuno

Para que un desayuno sea saludable y equilibrado tiene que aportar cantidades de los 3 macronutrientes: hidratos de carbono, proteínas y lípidos.
Sin embargo, investigaciones recientes* han encontrado que el aumento del consumo de proteínas en el desayuno en comparación con un desayuno estándar basado en cereales, puede aumentar los sentimientos subjetivos de plenitud y saciedad durante todo el día y de esta manera, disminuir las calorías ingeridas a lo largo de la jornada.
En el estudio mencionado anteriormente (1), las mujeres con sobrepeso que consumen fuentes de proteínas para el desayuno cinco veces por semana durante ocho semanas perdieron un 65% más de peso y redujeron su circunferencia de cintura en un 83% más que los participantes que comen un desayuno basado en carbohidratos. 
Cuando desayunamos alimentos con proteínas, ese aporte proteico ayudará a evitar que, luego a lo largo del día, se produzcan antojos de alimentos dulces como elementos de pastelería, golosinas o bebidas azucaradas.

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Tomado de: www.alimmenta.com/dietas/adelgazamiento/

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